Nunca me gustó el metro, aunque es la mejor forma de atravesar el centro por debajo del caos. Ese día, una convención de payasos se desarrollaba en la ciudad por eso el vagón iba repleto de ellos. Maldije mi suerte, pues la sonrisa de los arlequines me provocaba terror desde que era niño.
Mi primera reacción fue la de intentar bajarme, alejarme de todo aquello que parecía volverse irreal y paranoico, decenas de payasos felices encerrados en un mismo sitio conmigo. Aunque la idea de escaparme resultó imposible, mi cuerpo se encontraba completamente paralizado por la situación.
Repentinamente, un estrépito ensordecedor llegó desde la superficie uniendo estaciones y haciendo temblar todo a su paso. La formación se sacudió antes de detenerse en mitad del túnel, cuando se fue la energía.
En cuestión de segundos, aquellos rostros con pinturas fluorescentes me rodearon y no pude más que imaginar lo peor. Luego, al mirarlos con detenimiento, una expresión de extrañeza comenzó a dibujarse en mi cara, mis facciones se fueron relajando y a esto lo siguió una sonora carcajada con tono de revancha.
Ya no sentía temor alguno, solo disfrutaba al ver como el miedo les había robado sus siniestras sonrisas.
Obra ganadora del 1° certamen de Terror 2024
Publicado en la antología.
Editorial Dunken © 2024
© 2023 Pablo Alejandro Pedraza
Buenos Aires, Argentina
Todos los derechos reservados