Me lastima comprender que después de ti, el mundo gira,
al encontrarme frente al comienzo de un nuevo día.
¿Tu silueta sigue aquí?, me parece verla sobre la pared,
envuelta en el aroma del café que inunda la cocina;
ese perfume que aún atesora la esencia de nuestras mañanas.
Y te imagino hasta que la luz del sol te difumina,
te vuelves brisa en vuelo, un oxígeno que no puedo respirar
y regreso a la soledad que enmudeció tu risa.
Aun así, eres la ausencia de una presencia inconfundible.
Si hasta me parece escuchar el sonido de tus labios al despegarse,
para regalarme una sonrisa velada tras el cortinado de la ventana,
y siento a tus ojos, libres de cuencos, mirarme desde todas direcciones;
tan cerca y tan lejos, que para verte debo dibujarte con mi mente.
Palpable y etérea, eterna y fugaz, como el amor, el tiempo y la vida.
© 2024 Pablo Alejandro Pedraza
Buenos Aires, Argentina
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