Pero también hubo una época de mi vida, de adolescencia, en que solamente quería días soleados. Me había olvidado que de pequeño fui Capitán de tormenta, al mando de aquellos barcos de papel.
Luego, con los años, al fin comprendí algunas cosas.
Y ahora, ya no bailo la danza de la lluvia esperando un aguacero para que cuando se detenga, usando la página de un viejo poema, pueda salir a navegar junto al cordón de la vereda. Tampoco espero poder atrapar el sol y atarlo al techo de la casa para que así brille durante todo el año. Solo tomo lo que me regala el clima en cada estación y lo disfruto al máximo.
© 2021 Pablo Alejandro Pedraza
Buenos Aires, Argentina
Precioso instante nos regala la naturaleza con ella. Y cuántas emociones es capaz de acompañar. Muy bello texto
ResponderBorrarMuchísimas gracias! Cariños!
Borrar