A mi hermana
Kutsu, el único perro de raza akita en todo Madrid, amanece siempre echado frente a la tienda de don Jesús. Todas las mañanas, espera inmóvil a ese hombre que antes fue su amo en un ritual que ni la lluvia logra disuadir. Lo contempla mientras deja una caja en la entrada y abre su local de baratijas. Ambos se miran por algunos segundos a los ojos, saben que comparten el mismo dolor, justo antes de que el animal huya al parque con el contenido de esa caja. Y cada noche, don Jesús acude a recuperar aquello que Kutsu se llevó, los zapatos de su hijo fallecido.
Kutsu (significa zapatos en japonés)
© 2023 Pablo Alejandro Pedraza
Buenos Aires, Argentina
Un cuentazo que conmueve con su final inesperado. ¡Se puede decir tanto con tan pocas palabras! Chapeau!!
ResponderBorrarMuchísimas gracias, muy generosas sus apreciaciones. Gran abrazo!
BorrarMe conmueve...
ResponderBorrarMuchísimas gracias, Sandra. Cariños!
BorrarWow, todo un cuentazo!!!
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