CUESTIONES HUMANAS
Las relaciones humanas, a veces, son terrenos que nos resultan difíciles de afrontar, pudiendo diferir ampliamente unos de otros, entre algunas cosas, dependiendo del carácter de cada persona. Los hay de terrenos áridos y secos, donde escasean las demostraciones de afecto y abunda la incapacidad del otro para percibir y aceptar el amor que le fuera ofrecido. En estas tierras podríamos llegar a vagar por años sin lograr encontrar un solo beso que pudiera hidratarnos el corazón, arrojando constantes e incansables señales de auxilio que veremos perderse día a día frente al rostro inexpresivo del anfitrión que no logra conectar y transmitir sus propias emociones y ayudarnos a llegar a buen puerto sin morir en el intento.
También hallamos, en otros casos, paisajes que se muestran como un interminable manto de arena monocromático, terrenos arenosos y permeables que nos absorben hasta la última gota de vida sin ser capaz de ofrecernos nada a cambio.
Y están los pegajosos y lodosos como el más pestilente pantano, pero en algunas ocasiones podemos sorprendernos gratamente con terrenos bien trabajados, desmalezados e inclusive enormes prados verdes con flores y árboles frutales de los cuales servirnos.
Visto todo esto, estoy casi obligado a decirte: procura cuidar y regar a diario tu jardín interior…
Claro, parece que hablara de algo mágico, cuestiones ajenas a lo humano, y seguramente te preguntes: ¿Y cómo riego mi jardín interior?
La respuesta es simple, aunque no lo parezca, pero no por ser simple pueda carecer de importancia o estar libre de conllevar esfuerzo.
Así como la tierra es bendecida por la lluvia, las personas también deben estar abiertas a recibir, y en el caso de los seres humanos se los riega con luz.
¡Qué!… ¿Acaso pensabas en cosas materiales?
Lo material tiene que ver con el envase que nos transporta, no con nuestra esencia. El alma es eterna, y cuando lo que nos contiene se daña o se desgasta y ya no nos puede retener, debemos abandonarlo, pues como todas las cosas materiales, esos recipientes son parte de la naturaleza y están preparados para degradarse hasta volverse polvo.
Entonces, ¿en qué podrían ayudarte las últimas zapatillas de moda?, o cualquier otra cosa inventada por el hombre, todas destinadas indefectiblemente a desaparecer.
Alimenta tu alma de luz, aprendiendo a entregar amor, sin esperar nada a cambio. Ese es todo el secreto.
Lo demás, lo que no logramos ver o vislumbrar, es un entendimiento que llegará solo, en el momento preciso para cada persona.
© 2024 Pablo Alejandro Pedraza
Buenos Aires, Argentina
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